Definición.
El vocablo “terror”, cuyo significado es: Miedo
grande, espanto, pavor. Es una palabra originaria del latín y afincado en el grupo
de las lenguas romances, pasó posteriormente a las otras lenguas europeas. En
la actualidad tienen amplio uso a nivel mundial especialmente las formas
derivadas de esta raíz, como lo son “terrorismo” y “acto terrorista”.
En este contexto, es preciso dar una clara
definición de estos términos.
Orígenes del Terrorismo
En opinión de la mayoría de los historiadores eurocentristas,
el término “terror” tiene su origen histórico en los tiempos de la revolución
francesa, sin embargo las acciones de Estados, clases, grupos económicos y
personas particulares dirigidas a aterrorizar a personas y clases sociales son
conocidas desde tiempos remotos.
La implementación de la ejecución pública de reos
comunes, criminales y políticos institucionalizada desde la antigüedad
conllevaba cierto elemento que aterrorizaba a quienes la presenciaban. Por eso
cuando eran ejecutados delincuentes, herejes o políticos, las autoridades
civiles, militares y sobretodo las religiosas procuraban que toda la población
presenciara la ejecución, llegando incluso a ejecutar o perseguir a quienes se negaban
a mirar o presenciarla.
Así tenemos que:
1.
la
lapidación, acto que se realizaba en la antigüedad y que se mantiene vigente
por la acción de Al Qaeda, y por el autodenominado estado islámico ambos
financiados por los Estados Unidos.
2.
la crucifixión practicada por los romanos.
3.
la muerte en la hoguera de personas acusadas
de hechicería por parte de la iglesia.
4.
el asesinato de aborígenes americanos a
quienes les eran arrojados perros de caza para que los devoraran,
5.
la
muerte por empalamiento, ejecutadas por asiáticos y europeos.
Fueron entre muchos otros, actos terroristas practicados
por el hombre, y lamentablemente se pueden enumerar millones de actos terroristas cometidos por
la humanidad antes de la revolución francesa en nombre de la justicia. En la
actualidad EE.UU. es el principal promotor del terrorismo de estado con el
único objeto de justificar la invasión de otros países para su beneficio.
Lo que se conoció como política del terror durante
la revolución francesa, no fue más que la respuesta que dio la revolución a los
incendios y a las explosiones, a la traición dentro de la república, al
asesinato de los comisarios de la convención y a los jefes de la revolución, al
sabotaje, al acaparamiento de productos y mercancías de primera necesidad, a la
especulación (acciones económicas practicadas
por la burguesía en contra del pueblo) y al espionaje de los agentes de
los países de la coalición, de hecho a causa de esta situación fue creado por
decreto del 3 de septiembre de 1793 el ejército revolucionario, llamado a
luchar contra los culpables de estos males.
Durante la revolución, la República francesa se
encontraba bajo constante peligro de intervención extranjera, y en reiteradas
ocasiones los países de la coalición intentaron ahogar la revolución francesa
directamente por la vía militar. Maximiliano Robespierre consideraba que debían
aplicarse medidas severas sólo cuando su NO
aplicación conducía a la violación de la “libertad social” y los intereses de
la nación.
Durante la revolución bolchevique a principios del
siglo XX, Rusia sufrió una invasión armada de potencias extranjeras, y al igual
que la francesa le fue aplicado el bloqueo económico, el acaparamiento de los
alimentos y la acción terrorista. (Prácticas sistemáticas realizadas contra
toda revolución)
Vladimir. I. Lenin,
rechazaba la práctica de los miembros del grupo de ultra-izquierda “Naródvaya Volia” “Voluntad del Pueblo” (el parecido con el movimiento venezolano de ultraderecha “Voluntad
Popular” no es coincidencia, una vez más queda demostrado que los extremos se
unen) y desenmascaraba el
seudorrevolucionarismo de “socialistas-revolucionarios” terroristas. Lenin calificaba
el terror, de aventura, de acción desesperada, ilusión y falta de fe en las
masas.
La historia del terrorismo está estrechamente ligada
a la historia de la violencia. Cuando se presentaban contradicciones que
esencialmente no se podían resolver sino por el aplastamiento de uno de los
portadores de estas contradicciones por el otro, en la palestra histórica
apareció la institución de la violencia. Las contradicciones económicas,
políticas e incluso ideológicas pueden originar el uso de la violencia.
La violencia puede expresarse en forma de:
1) Acciones
directas encaminadas a eliminar físicamente o suprimir el objeto de la
violencia (operaciones militares, medidas represivas, medidas de castigo
previstas por el sistema judicial del país, actos de aplicación de la fuerza
individual.)
2) Coerción
política o económica que no siempre se interpreta de forma directa en algunas
normas del Derecho administrativo, civil o penal, sino que puede encontrarse
implícita en el propio sistema estatal o formación socio-económica (apartheid,
fascismo).
¿Qué es el terrorismo?
El término terrorismo comprende muchas acciones, en
principio se puede decir que el terrorismo tiene en sus fases más primitivas la
explosión de bombas y artefactos análogos, capaces de provocar grandes pérdidas
humanas y de bienes materiales. Entonces se puede decir que se trata de
atentados realizados para destruir por la fuerza toda organización
política y jurídica de la sociedad.
Se puede definir que el terrorismo tiene como
producto la violencia fanática cometida para lograr un objetivo político
determinado en aras del cual son sacrificadas todas las consideraciones
humanitarias y éticas, es un instrumento ciego que provoca miedo y que es una
expresión característica de la desesperación política.
En este sentido el terrorismo es la amenaza de
uso o el uso de la violencia con el fin de producir un efecto político
simbólico, para influir sicológicamente no solo sobre el grupo de personas
contra las que se dirigen estos actos, sino sobre capas más amplias de la
población.
En razón de esto, todas las operaciones violentas
perpetradas con armas con un fin político, social, filosófico, ideológico o
religioso, que violen las normas de los derechos humanitarios en donde se
transgreden las prohibiciones del uso de medios crueles y barbaros, y la
agresión a objetivos inocentes o sin interés militar serán consideradas
acciones terroristas.
En el libro Terrorismo:
teoría y práctica. Recopilación de diferentes autores publicado por el
instituto de estudio del terrorismo internacional adjunto a la Universidad del
Estado de Nueva York se define el terrorismo como una “amenaza de uso o uso de la violencia o fuerza para lograr un fin
político por medio del fomento del miedo, la coerción y la intimidación”.
En el capítulo “Movimientos terroristas” del libro
mencionado anteriormente, P. Wilkinson define el terrorismo como política o
proceso que incluye tres elementos básicos:
1)
La
decisión de aplicar el terror como arma sistemática.
2)
Las
propias amenazas o actos de violencia extranormal.
3)
La
violencia produce efecto sobre víctimas directas y sobre la opinión nacional
e internacional más amplia.
Un dato importante que es necesario explicar, es que
la política del terror es propia de las capas de la pequeña burguesía y de los
estratos de la intelectualidad que no se apoyan en ninguna clase social, y que
no poseen un liderazgo sobre las grandes masas.
El sentimiento de desesperación, debido al fracaso
político de las capas pequeño burguesas de la sociedad, consciente o
inconsciente, siempre ha movido a los representantes de estas capas a realizar
tales acciones terroristas.
Así tenemos que el terrorismo es el resultado de la
falta de fe por parte de ciertas capas de la burguesía, y de sus élites
intelectuales en la población en general, en el pueblo de a pie, saben de la
falta de condiciones para la insurrección del pueblo a su favor, y en contra
del estado establecido, motivo por el cual acuden al terror.
El marxismo rechaza de modo categórico el terror,
que constituye una forma independiente de acción, separada de formas de la
lucha política de clase, presentada como objetivo en sí, que se inclina al
terror individual, a la dispersión de las fuerzas revolucionarias , y a hacer
sacrificios injustificados. El marxismo rechaza este terror porque “Solo el
movimiento de masas puede ser considerado como genuina lucha política”
Todas las acciones violentas respecto a una persona,
grupo de personas, clase o representantes del poder estatal, la destrucción de
edificios, y saqueos dirigidos a intimidarlos u obligarlos a cumplir las
exigencias y los propósitos son considerados actos terroristas.
El acto terrorista, incluso cuando su objetivo
principal es atraer la atención sobre cierta causa o situación política,
persigue un fin inmediato relativamente limitado, aunque este pueda parecer
importante, como por ejemplo:
1.
La
adquisición de recursos monetarios provenientes del extranjero o de empresarios
nacionales, necesarios para alquilar personas y mantener la lucha política.
2.
La
liberación de presos políticos o políticos presos.
3.
La
propagación del terror general.
4.
La
liquidación de un “hombre fuerte”.
5.
El señalamiento de las autoridades
gubernamentales como ineptas e incapaces.
6.
La
provocación de medidas represivas que conduzcan a la desavenencia de la opinión
pública nacional y mundial.
7.
La
provocación de una invasión armada por parte de una potencia extrajera
“protectora de los derechos humanos” y “defensora de la libertad” como ha sido
el ejemplo de los EE.UU. quienes siempre invaden, y asesinan pueblos en nombre
de la libertad.
Es decir que a través del acto terrorista, por lo
común, no es posible lograr directamente el propósito final planteado por el terrorismo,
como es sabido el acto terrorista se caracteriza por una acción violenta en
toda la variedad de sus formas, misma que es capaz de suscitar el interés de la
amplia opinión pública.
La existencia de un motivo político para realizar el
acto terrorista está dirigido contra un grupo de personas, clases o hacia el
Estado, así como contra líderes políticos y militares de arraigo dentro del
mismo Estado o de personas particulares
que interpretan sus intereses, el acto terrorista en si no permite conseguir el
objetivo final declarado, sino que produce el desprecio y el distanciamiento de
la población hacia quienes producen estos actos terroristas.
Venezuela en la Mira del
Terrorismo Fascista
Los convenios de Ginebra sobre la protección de las víctimas,
establece en sus protocolos que la población civil no debe ser objeto de
agresión, igualmente se prohíben los actos de uso o amenaza de uso de la
violencia que persiguen en lo fundamental “la intimidación de la población
civil” incluso se llega a prohibir y
en particular, utilizar el hambre entre la población civil como instrumento
de guerra, siendo el caso que los EE.UU. y sus agentes en Venezuela usan
este medio como arma para desmoralizar a la población y ponerla en contra de
las autoridades.
El articulado también prohíbe atacar, destruir,
deteriorar o inutilizar objetivos necesarios para que pueda sobrevivir la
población civil (empezando por las reservas de alimentos y los sembrados,
almacenes de implementos para la agricultura y terminando por los regadíos)
que son los blancos principales que han sido atacados por los terroristas
nacionales y extranjeros en Venezuela, igualmente han sido objeto de ataques
los centros hospitalarios, y centros de distribución de alimentos.
La legalización del terrorismo haciendo pasar sus
actos como de “Liberación Nacional” recae principalmente sobre los organismos
internacionales como la ONU, y la OEA quienes apoyando a los terroristas no
definen con exactitud lo que es la lucha por la autodefinición y la liberación nacional.
Esta dificultad de definición depende sobre todo de
los intereses económicos propios de la organización, y los de sus principales
patrocinadores, este vacío legal no es casual, está dirigido por los EE.UU
principal financista y sus aliados, para poder crear la impunidad, y el caos en
los países que le son adversos políticamente, caso Siria, Libia, Irak y ahora
Venezuela.
En el caso Venezuela la OEA alienta a la población para
que esta se subleve en contra del Estado, y con ayuda financiera de los EE.UU.
pretende crear una contrarrevolución armada para que ataquen y derroquen al
gobierno legalmente establecido y democráticamente elegido.
EE.UU. creo un Manual
confidencial de las fuerzas armadas estadounidenses. Que sirvió en 1973 de
guía de acción para los fascistas chilenos. En este manual se dice en
particular, que para el éxito de un golpe y la liquidación de un gobierno
indeseable es necesaria:
- La extrema violencia respecto a las fuerzas
populares.
- Redadas en masa, ataques y cualesquiera
recursos, incluso los más crueles para intimidar a la población,
llevándola a una especie de estado de choque.
Un artículo publicado en Julio de 1981por la revista italiana Panorama
decía en un documento secreto de Nro. FM 30/31 filtrado a la prensa, que el
general estadounidense Westmoreland planteaba, que para controlar la situación
política de un país en particular, en primer orden, en los países en que están
dislocadas las bases militares estadounidenses, es necesario:
1.
Mantener
relaciones secretas con las organizaciones terroristas con tal de crear en
casos de necesidad una situación de inestabilidad política.
2.
La
participación de provocadores armados en las manifestaciones con la finalidad
de organizar disturbios y choques con la policía.
3.
Implementar
acciones dirigidas a desacreditar a las autoridades y a la policía, encargados
de la penetración en el aparato estatal.
4.
Organizar
explosiones y asesinatos de policías.
En Venezuela el terrorismo actúa impunemente apoyado
por los EE.UU. y sus países satélites en la región. Este goza de un subsidio por
parte de círculos económicos monopolistas y de entidades disfrazadas de
organismos no gubernamentales. Salta a la vista el hecho de que a las
organizaciones terroristas de tipo derechista se les preste una considerable
ayuda financiera, y se les suministre armas, y equipamiento con preparación
paramilitar, así como chalecos antibalas, y máscaras antigás de fabricación
norteamericana.
El eslabón de enlace de estos grupos terroristas con
el gobierno estadounidense son las unidades del ejército norteamericano
estacionadas en la Nueva Granada (antigua Colombia) y los agregados militares
en la embajada de EE.UU. en Caracas.
El gobierno estadounidense estableció una campaña de
propaganda, y logística en la que sus verdugos desplegados en los países que le
son incomodos son llamados “demócratas” y no terroristas, y cuentan con su
respectiva ayuda financiera.
Las bandas criminales contratadas por los fascistas,
integradas y liderizadas en su mayoría por hampa común, apoyadas y financiadas
por EE.UU., son las culpables de los asesinatos, torturas y aplicación del
terror en Venezuela, estos sujetos violentos supuestamente no son terroristas,
son denominados por los medios pagados por la derecha como “luchadores por la libertad”,
obviando entre otras cosas que la libertad implica responsabilidad personal y
respeto a la dignidad humana.
La libertad no siempre ha sido el propósito de
Estados Unidos. Solo debemos recordar lo que hicieron en Afganistán, en Irak, y
en Libia, en donde, bajo la excusa de
llevar libertad acabaron con la vida de millones de seres humanos, sembrando el
caos y cosechando miseria y muerte.
El ataque sistemático de estos grupos terroristas a
centros de salud, centros de acopio de alimentos y educativos, son muestra de la desesperación
política que tienen los dirigentes de EE.UU. y ordenan a sus “lideres”
terroristas en Venezuela a aterrorizar a la población.
Venezuela es víctima de actos terroristas en su
territorio y en sus embajadas en el extranjero, actos terroristas cometidos por
bandas irregulares voluntarias y armadas, organizadas y apoyadas por el pentágono,
estos eventos motivaron que el gobierno tomara las medidas razonables y
apropiadas para proteger su soberanía e instituciones, entre las que sobresale
la ejecución en todo el territorio nacional del Plan Zamora.
Venezuela tiene derecho a defenderse de los terrorista,
derecho que quiere ser cercenado por el gobierno norteamericano, el decreto de
Barack Hussein Obama al declarar a Venezuela como amenaza inusual a los EE.UU.,
no es más que un acto de intimidación terrorista, cuyo riesgo es el de la invasión
armada en contra de un país cuyos pobladores, (según la mentalidad fascista),
deben ser castigados por el esfuerzo “criminal” del gobierno Bolivariano de
dirigir los recursos hacia la mayoría pobre.
Eso para la élite norteamericana, y de sus súbditos
acá en Venezuela está catalogado como comunismo, y como sabemos el comunismo
está penado por los fascista con la muerte.
El aparato estadounidense de propaganda implanta la
creencia en los ciudadanos venezolanos, y extranjeros, a través de los medios
de comunicación propios y afiliados, así como en las redes sociales que debe
derrocarse a los Bolivarianos o al menos, se debe fomentar la idea de que el
proceso venezolano es una revolución de la miseria, a la cual se le debe dar
una lección escalofriante para los pueblos de la región, para que se olviden de
seguir su “mal” ejemplo de autodeterminación.
Ante las acciones terroristas y amenaza de muerte a
la población venezolana promovida desde EE.UU., el presidente Nicolás Maduro
Moros, planteó al contrario de lo que hicieron en otras revoluciones, el
combatir la violencia, no con más violencia, sino con votos, con democracia
participativa y protagónica realizando la convocatoria al pueblo venezolano quien es el que ejerce la
soberanía del país, a conformar la Asamblea Nacional Constituyente, en donde
todos los venezolanos podremos ejercer nuestra opinión, y tomar la decisión de
forma democrática, y escoger cual será el destino que queremos para el país.
“(…) Es preciso que el gobierno se identifique, por
decirlo así, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres
que lo rodean. Si estos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector,
pero si son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse temible y armarse de
una fuerza igual a los peligros (...)” Simón Bolívar (Memoria. Cartagena de
Indias. 15 de diciembre de 1812)
FUENTES CONSULTADAS:
https://porlaanarquia.espivblogs.net/tag/narodnaya-volya/
El Terrorismo Como Crimen Internacional: Igor
Blischenko y Nikolai Zhdanov