viernes, 18 de noviembre de 2011

EL ORIGEN DE LA PALABRA CARIBE, su evolución y sus usos.


Según el DRAE, la palabra Caribe tiene varios significados entre estos tenemos: caníbales, desde el periodo de la conquista la palabra Caribe pasó a significar “Hombre cruel e inhumano”, por asociación con el comportamiento belicoso y agresivo de los primitivos caribes, a quienes incluso se les ha señalado como antropófagos. De hecho, caníbal deriva de Caribe

Algo parecido a lo que ocurrió con la palabra bárbaro, que originalmente significaba, para los griegos y los romanos, persona que hablaba una lengua distinta del Griego y el Latín, y luego, por asociación con las atrocidades que cometían algunos de los pueblos guerreros que invadieron Europa desde el Asia central en los albores de la Edad Media, bárbaro pasó a significar tambié “Fiero, cruel. (S) Inculto, grosero, tosco” 


Entre las acepciones que el DRAE registra del vocablo caribe hay también un venezolanismo: “Persona astuta, vivaz, agresiva”. El DRAE registra asimismo como venezolanismo el verbo caribear: “Ejercer dominio sobre otro; alguien” y “Engañar con astucia y picardía”. A este uso se refiere el prrofesor Ángel Rosenblat diciendo: “En el habla corriente, caribe designa al bravucón o matón, al abusador, y también al astuto, al tramposo, altivo”.

Hoy el vocablo caribe ha adquirido una gran resonancia como representativo de una cultura de enorme significación, casi como el símbolo más notorio del mestizaje que identifica nuestra cultura, y del cual el Mar Caribe sirvió de enorme crisol, por la convergencia en sus islas y países ribereños de tierra firme de las tres corrientes étnicas básicas: europeos, indígenas y africanos. A lo cual se agrega la obvia importancia histórica, política y económica de la región caribeña, puerta de entrada a Norte, Centro y Suramérica.

Caribe es también en Venezuela el nombre de un pez carnívoro, de pequeñas dimensiones pero muy voraz, que habita en los ríos amazónicos y al que los brasileros llaman piraña.
En cuanto al origen de la palabra caribe, no se ha podido determinar con entera certeza de dónde proviene. Se cree, sin embargo, que puede derivar del vocablo guaraní caribé, que significa poderoso señor, dueño de esclavos, guerrero valiente. (Marcos A. Morínigo: Diccionario de americanismos).

Los Quarives, Caribes o Kariñas, antes de la llegada de los europeos, a quienes hicieron una resistencia heroica, eran los más valientes, los más batalladores habitantes de las mismas tierras que ahora ocupamos nosotros. Su nombre es perpetuado por el Mar Caribe (al que algunos llaman simpáticamente el Mediterráneo americano; algo así como si nosotros llamáramos al Mediterráneo el Caribe europeo). Pero ese nombre, en sí mismo —caribe—, y en su deformación caníbal, ha quedado perpetuado, a los ojos de los europeos, sobre todo de manera infamante. Es este término, este sentido el que recoge y elabora Shakespeare en su obra la Tempestad y lo llama caliban. Por la importancia excepcional que tiene para nosotros los caribeños, vale la pena trazar sumariamente su historia.

En el Diario de navegación de Cristóbal Colón aparecen las prime­ras menciones europeas de los hombres que darían material para aquel símbolo. El domingo 4 de noviembre de 1492, a menos de un mes de haber llegado Colón al continente que sería llamado América, aparece esta anotación: “Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo, y otros con hocicos de perros, que comían a los hombres”; el 23 de noviembre esta otra: “La cual decían que era muy grande (la isla de Haití), y que había en ella gente que tenía un ojo en la frente, y otros que se llamaban caníbales, a quienes mostraban tener gran miedo...” El 11 de diciembre se explica “que caníbal no es otra cosa sino la gente del gran Can”, recordemos que Don Cristobalpensaba que habia llegado a la India o al Imperio del Gran Kan en la China, lo que da razón de la deformación que sufre el nombre caribe —también usado por Colón: en la propia carta “fechada en la carabela, sobre la Isla de Canaria”, el 15 de febrero de 1493, en que Colón anuncia al mundo su “descubrimiento”, escribe: “Así que monstruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla (de Quarives), la segunda a la entrada de las Indias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, las cuales comen gente humana”

Esta imagen del caribe/caníbal contrasta con la otra imagen de hombre americano que Colón ofrece en sus páginas: la del arauaco de las grandes Antillas —nuestro taíno en primer lugar—, a quien presenta como pacífico, manso, incluso temeroso y cobarde. Ambas visiones de aborígenes americanos van a difundirse vertiginosamente por Europa, y a conocer singulares desarrollos: el taíno se transformará en el habitante paradisíaco de un mundo utópico: ya en 1516, Tomás Moro publica su Utopía, cuyas impresionantes similitudes con la isla de Cuba ha destacado, casi hasta el delirio, Ezequiel Martínez Estrada. El caribe, por su parte, dará el caníbal, el antropófago, el hombre bestial situado irremediablemente al margen de la civilización, y a quien es menester combatir a sangre y fuego.

En cuanto a la visión del caníbal, ella se corresponde —también en un lenguaje más de nuestros días. Pertenece al arsenal ideológico de los políticos de acción, los que realizan el trabajo sucio del que van a disfrutar igualmente, por supues­to, los encantadores soñadores de utopías. Que los caribes hayan sido tal como los pintó Colón (y tras él, una inacabable caterva de secuaces), es tan probable como que hubieran existido los hombres de un ojo y otros con hocico de perro, o los hombres gigantes y con cola, o las amazonas, que también menciona en sus páginas, donde la mitología grecolatina, el bestiario medieval y la novela de caballerías hacen lo suyo. Se trata de la característica versión degradada que ofrece el colonizador del hombre al que coloniza. Que nosotros mismos hayamos creído durante un tiempo en esa versión sólo prueba hasta qué punto estamos inficionados con la ideología del enemigo.

Es característico que el término caníbal lo ha­yamos aplicado, por antonomasia, no al extinguido aborigen de nuestras islas, sino al negro de África que aparecía en aquellas avergonzantes películas de Tarzán, en donde una tribu danzaba alrrededor de una enorme olla en la que siempre habia un explorador blanco que servia de plato principal. Y es que el colonizador es quien nos unifica, quien hace ver nuestras similitudes profundas más allá de accesorias diferen­cias. La versión del colonizador nos explica que al caribe, debido a su bestialidad sin remedio, no quedó otra alternativa que exterminarlo. Lo que no nos explica es por qué, entonces, antes incluso que el caribe, fue igualmente exterminado el pacífico y dulce arauaco. Simplemente, en un caso como en otro, se cometió contra ellos uno de los mayores etnoci­dios que recuerda la historia. Incluso mas grande que el llamado holocausto judio, cometido por los nazis.Porque en la conquista del continente  se extermino con etnias completas.

En relación con esto, será siempre necesario destacar el caso de aquellos hombres que, al margen tanto del utopismo —que nada tenía que ver con la América concreta— como de la des­vergonzada ideología del pillaje, impugnaron desde su seno la conducta de los colonialistas, y defendieron apasionada, lúcida, valientemente, a los aborígenes de carne y hueso: a la cabeza de esos hombres, por su­puesto, la figura magnífica del padre Bartolomé de las Casas, a quien Bolívar llamó “el apóstol de la América”, y Martí elogió sin reservas. Esos hombres, por desgracia, no fueron sino excepciones.Uno de los más difundidos trabajos europeos en la línea utópica es el ensayo de Montaigne “De los caníbales”, aparecido en 1580. Allí está la presentación de aquellas criaturas que “guardan vigorosas y vivas las propiedades y virtudes naturales, que son las verdaderas y útiles"

FUENTES CONSULTADAS:
Calibán Apuntes sobre la cultura de nuestra América: Roberto Fernández Retamar 






1 comentario:

  1. Mi habuela (Dominicana) se referia a caribe como algo picante o caliente. " el sol esta caribe", las hormigas son caribe" o "aji caribe"

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