a
“Los ejércitos mercenarios y los auxiliares son
inútiles y peligrosos”
El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
“(…) Todo
reino está lleno y asediado de mercenarios en tiempos de paz (si eso puede
llamarse paz (…) Por consiguiente, se ven forzados a buscar la guerra con el
fin de que siempre puedan tener soldados experimentados y asesinos hábiles,
para que (como tan bellamente dice Salustio*) sus manos y sus mentes no se
entorpezcan debido a la ociosidad o falta de ejercicio. Pero cuan pernicioso y
pestilente es mantener tales fieras, los franceses lo han aprendido a costa de
sus propios males, y los ejemplos de los romanos, cartagineses, sirios y de los
de muchos otros países manifiestamente lo atestiguan (…)”
*Cayo Salustio Crispo, Historiador romano.
Fragmento tomado del libro Utopía de Tomás Moro.
Definición: Según el artículo 47 del Protocolo adicional sobre
conflictos armados internacionales de la Convención de Ginebra promulgado en
1949, y que trata sobre la protección de las víctimas de guerra, el empleo de
soldados mercenarios se considera delito internacional, y se reafirma que el
mercenario, es una persona que no tiene al status de combatiente o prisionero
de guerra. Definiendo que el mercenario es toda persona
a)
Reclutada
de modo especial en su país o en el extranjero para combatir en un conflicto
armado.
b)
Que
participa realmente en las hostilidades.
c)
Toma
parte en las hostilidades principalmente para obtener ventaja personal, y el
cual tiene prometida efectivamente por la parte o en nombre de la parte que
permanece en conflicto una remuneración material, superior a la que es
prometida o pagada a los combatientes del mismo rango y que ejercen las mismas
funciones en las filas de las fuerzas armadas de la parte dada.
d)
No
es nacional de la parte que entra en conflicto, ni persona que reside
permanentemente en el territorio controlado por una de las partes en el
conflicto.
e)
No
forma parte del personal de las fuerzas armadas de una de las partes en el conflicto.
f)
No
ha sido enviada por un Estado, que no sea parte en el conflicto, para cumplir
una misión oficial como miembro de las fuerzas armadas de este Estado.
Esta definición aceptada en el mundo entero permite
diferenciar con bastante precisión al mercenario y al voluntario, es decir, de
una parte, a un individuo que comete un delito del Derecho penal y debe ser
enjuiciado y condenado, y de otra parte, a la persona que puede participar en
un conflicto bélico en conformidad con el Derecho Internacional.
En EE.UU le cambiaron el nombre, y ahora se les da a
conocer como “contratistas”, que siguen siendo los mismos soldados veteranos dados
de baja de las fuerzas armadas norteamericanas, y que tienen experiencia en
combate, siendo pagados por ellos a través de sus transnacionales y de empresas
creadas para tal fin.
El Mercenario y sus Inicios.
Los mercenarios o “soldados de la fortuna”, asesinos
a sueldo o “soldados en venta” tienen una historia tan antigua como la historia
de las revueltas palaciegas y las guerras civiles.
En la actualidad su particularidad reside en que las
fuerzas reaccionarias a los estados crean grupos de mercenarios integrados por
personas naturales del país o de distintas nacionalidades, mismos que son
utilizados con amplitud contra los movimientos de liberación nacional, contra
los movimientos huelguísticos y contra gobiernos demócratas, progresistas de diversos
países elegidos en elecciones populares.
El mercenario es un fenómeno que se presenta no solo
en tiempos de conflictos bélicos, sino también en tiempos de paz; los métodos
de actuación de los mercenarios son terroristas, por lo que se desprende que el
problema de los mercenarios debe ser contemplado en los marcos de la lucha
contra el terrorismo internacional.
EL MERCENARIO EN LA HISTORIA.
El servicio de mercenario se conocía muy bien en
occidente aún en la antigua Grecia y Roma, posteriormente en los estados
feudales del Medioevo. Durante los siglos XIII y XIV se hizo común en las
prósperas ciudades-estado del norte de Italia recurrir para su defensa a la
contratación de tropas de mercenarios. En un principio, estos mercenarios en su
mayoría no eran italianos.
A finales del
siglo XIII y comienzos del XIV, las tropas mercenarias (entonces denominadas
"masnade") provenían principalmente de Alemania, Brabante
(brabanzoni) y Aragón.
Los condotieros (en italiano: condottieri) eran
mercenarios al servicio de las ciudades-estado italianas desde finales de la
Edad Media hasta mediados del siglo XVI. La palabra condottiero deriva de
condotta, término que designaba al contrato entre el capitán de mercenarios y
el gobierno que alquilaba sus servicios.
El primer ejército mercenario bien organizado fue la
Gran Compañía, dirigida primeramente por el caballero zuavo Werner de Urslingen,
y luego por Montreal de Albarno y Konrad von Landau.
Llegó a contar con un ejército bien organizado de
9.000 hombres armados. Urslingen impuso a sus tropas una severa disciplina,
pero también estableció un reparto equitativo de las ganancias.
La Gran Compañía recorrió Italia, dedicándose al
pillaje y a exigir dinero, con la excusa de la protección, a todos los
gobiernos locales. Sus capitanes obtuvieron enormes sumas a cambio de los
servicios de sus tropas
El Mercenario, Brazo Armado del
Capitalismo.
En el inicio del periodo del capitalismo y,
especialmente en el imperialismo que es su fase superior, se engendró y se
desarrolló el comercio de la “carne de cañón”, elevando a la categoría de
política estatal el empleo de mercenarios.
Así tenemos el ejemplo del movimiento de los
taipings en el siglo XIX en China que fue aniquilado por ejércitos de
mercenarios en conjunto con las fuerzas locales chinas, y las fuerzas armadas
de Inglaterra y Francia.
Uno de los hechos de armas más relevante que
salvando algunas diferencias tiene cierto parecido con la situación actual que
se ha intentado promover en Venezuela, y en donde actuaron fuerzas mercenarias
apoyadas por países europeos, y EE.UU a través de la C.I.A fue en la denominada
crisis del Congo en 1960.
Este hecho ocurrió durante la independencia de esta
región del reino de Bélgica, con Joseph Kasa-Vubu como Presidente, y Patrice Lumumba
como Primer ministro, y que luego origino a su vez una guerra de secesión de la
provincia de Katanga promovida por occidente, esto ante la inminente
nacionalización de los recursos de la industria minera del Congo planteada por
Lumumba.
Esta guerra civil propiciada por EE.UU, y sus
aliados europeos con la utilización de mercenarios, en la provincia de Katanga con
Moise Tshombe como líder de esa entidad, declara la separación de esta región del
resto de la recién creada República Democrática del Congo, esta separación se
debió principalmente a su riqueza en todo tipo de minerales estratégicos.
El Oro, el Diamante, el Cobre que eran de sumo
interés para los EE.UU y específicamente el uranio indispensable para el
desarrollo de armamentos nucleares.
Esta
situación propicio una intervención de fuerzas militares de la O.N.U para el
mantenimiento de la paz, en ese momento histórico el Congo sirvió de escenario
para la lucha de influencias en ese continente entre los Estados Unidos y la
antigua Unión Soviética.
El conflicto se agudizo con el secuestro de Patrice
Lumumba, Primer Ministro electo, y dos de sus ministros leales, quienes fueron
torturados, y apaleados ante las cámaras de televisión (igual modus operandi le
aplicaron a Gadafi en Libia) ante la mirada indiferente y cómplice de
periodistas y diplomáticos, con el posterior asesinato ejecutado por los secesionistas
katangueses comandados por oficiales
belgas.
Este asesinato fue ordenado por el Presidente de
Katanga Tschombe, quien también asistió a la ejecución de Lumumba, los cuerpos
de los tres fueron descuartizados, y quemados. Toda esta barbarie al mejor
estilo imperial, ordenada desde los países “civilizados” de occidente, con el
fin de tratar de borrar la dignidad de un pueblo personificada en un líder
patriota.
Durante el desarrollo de estas acciones muere asesinado el Secretario General de la
ONU, Dag Hammarskjöld de nacionalidad sueca, hecho ocurrido en septiembre de 1961, al ser derribado el
avión en el que viajaba mientras se dirigía hacia Katanga, zona del conflicto
para mediar por la paz, se trata de un asesinato planificado y perpetrado por
las potencias occidentales para silenciar al organismo internacional, y así conseguir el objetivo de apoderarse de la
región.
Este asesinato sirvió de advertencia a los futuros
secretarios generales de la ONU, para que se percataran del riesgo a que se
exponían si se les ocurría por obligación moral o por equivocación, abogar a
favor de algún país perteneciente al tercer mundo, y en contra de alguna
potencia occidental.
El conflicto dejó un saldo de aproximadamente 100.000
personas muertas entre civiles y militares, este fue el trágico resultado de
pérdidas en vidas humanas producto de la codicia del hombre por la apropiación de los recursos minerales
de un país.
La Venezuela Patriota Vs. La Oligarquía Apátrida y Mercenaria.
El cambio
decisivo de la correlación de fuerzas a nivel mundial después del fin de la
guerra fría con la desintegración de la Unión Soviética, ha posibilitado la
intervención abierta y directa de los países imperialistas y sus satélites
contra los jóvenes Estados independientes, y los pueblos combatientes con o sin
autorización de la ONU.
Debido a estas circunstancias y para aparentar ante
el mundo democrático cierta transparencia, los países imperialistas y sus
aliados han recurrido al uso de los mercenarios, quienes conjuntamente con el
apoyo de la mediática internacional y de las fuerzas armadas de la OTAN invaden
y destruyen países, como ocurrió en Afganistán, Irak y especialmente en Libia.
El posicionamiento con el transcurrir del tiempo de
países progresistas como Rusia y China a favor de la paz, y solidarios con los
países de gobiernos no alineados a la hegemonía estadounidense, ha impedido
hasta cierto punto la intervención directa de EE.UU en estos países, pero ha
incrementado el uso de terroristas mercenarios al estilo “Estado Islámico” cuando
se desea la desestabilización de alguna región.
En Venezuela, el gobierno de los EE.UU y el de Colombia
utilizan mercenarios terroristas a pequeña escala, pero con tendencia al
aumento para desestabilizar el país, esto ocurre motivado a la firmeza del
Estado venezolano, respaldado por un pueblo consiente, y una Fuerza Armada
Nacional Bolivariana patriota, que a pesar de las limitaciones y dificultades
económicas a que son expuestos se mantienen firmes a un ideal de libertad y
autodeterminación en defensa de las instituciones democráticas establecidas, y
elegidas por votación popular.
El pueblo patriota venezolano lucha, y resiste con
valor ante una oligarquía apátrida defensora de sus intereses personales y
extranjeros, quienes en sus ansias de retomar el poder no escatiman en pagar terroristas
mercenarios, y que han logrado a su vez enajenar el sentimiento patrio de una parte
de la población, poniéndola en contra de sus compatriotas y de su propio país,
llevándola incluso a solicitar la desgraciada intervención por parte de fuerzas
extranjeras a territorio nacional con excusa de “ayuda humanitaria” al mejor
estilo libio.
Esta amenaza de intervención armada sería liderizada
por los EE.UU, país que posee un prontuario de genocida a nivel mundial, y cuya
principal característica en los últimos años es la de llevar la muerte a los
países que interviene.
Recientemente el presidente Trump ha demostrado ser
una versión moderna de Calígula, debido
al anuncio de que su gobierno tiene entre las alternativas para Venezuela, la
de la intervención armada, solo por el hecho de que Venezuela realizó unas
elecciones para elegir una asamblea nacional constituyente, este fue el
detonante que causo la ira del Señor Trump, lamentablemente el antiguo
presidente norteamericano Barak Hussein Obama un ciudadano de descendencia
africana, pero aún con la mente esclavizada, le sirvió en bandeja de plata la posibilidad
de intervención armada con su decreto de muerte sobre Venezuela.
El gobierno norteamericano para darle forma a esta
intervención recurre a los líderes de gobiernos satélites de la región para
desestabilizar el país, y fomentar la noticia a nivel internacional de un Estado
fallido, utilizando paramilitares colombianos y terroristas mercenarios
nacionales contratados para crear el ambiente de crisis e ingobernabilidad en
las ciudades de Venezuela.
Esta crisis fomentada desde el departamento de
estado norteamericano le es necesaria al gobierno de Trump para justificar ante
la opinión pública mundial una intervención de tropas extranjeras en el país, y
con la patética excusa de llevar ayuda “humanitaria” a Venezuela. Ayuda que
negó ante la arremetida de los huracanes
a una de sus colonias en el Caribe (caso Puerto Rico) y que dice querer
llevar a Venezuela.
El llamado a elecciones de Gobernadores y alcaldes
hecho por la Asamblea Nacional Constituyente con el fin de llevar la calma al
país, y que se cumplió sin ningún altercado violento el 15 de Octubre, y que a
su vez arrojo como resultado que las fuerzas que apoyan a Nicolás Maduro
ganaran la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, esto demostró una vez más
que el pueblo venezolano lo que quiere es Paz.
De los cuatro estados en manos de la oposición
venezolana dos corren peligro de subvertirse al orden constitucional a favor de
fuerzas extranjeras, uno es limítrofe con Colombia (Táchira) y Mérida que es
limítrofe con este. Esta situación activo las alarmas en los organismos de
seguridad del estado para corregir a tiempo una posible confrontación con los
paramilitares colombianos que ya hacen vida en el país y los terroristas mercenarios
nacionales, y de otras naciones que quieran desestabilizar la paz de la
república.
El Presidente Maduro ha sido enfático al establecer
que no permitirá la secesión en la región andina, y que defenderá la integridad
del territorio nacional en general, esto ante la agresión de células
terroristas que intentan crear caos entre la población atacando ministerios e
instituciones del estado, atacando unidades militares y robando armamento
perteneciente a la nación, con el fin de derrocar el gobierno legítimamente
establecido en Venezuela.
El llamado en principio es al pueblo estadounidense,
a que no se deje llevar nuevamente a una guerra para enriquecer a sus élites, principalmente
por un presidente racista multimillonario, interesado en seguir aumentando sus
riquezas, siendo el pueblo llano norteamericano los que sacrifican la vida de
sus hijos, la única amenaza que Venezuela puede representar para ellos es el de
demostrarse dignos contra la miseria, y la injusticia del sistema político
estadounidense que no les permite entre otras cosas elegir su presidente
directamente.
En segundo término el llamado es a la comunidad
internacional, que quizás por presiones o por ignorancia se deja llevar de la
propaganda de guerra y de desinformación en contra de Venezuela, en especial al
pueblo Latinoamericano y Caribeño, esta guerra contra Venezuela es contra ellos
también, ya que el impacto de una invasión se sentiría a nivel regional.
Al pueblo europeo, al asiático, y al mundo entero quienes
ya han sufrido de guerras y que al callar ante el atropello que sufriera
Venezuela se harían cómplices de lo que aquí pudiera ocurrir.
Y por último, al pueblo de Venezuela, es tiempo de
patriotas sin importar su ideología política, al noble pueblo venezolano, al
que siente esta tierra no solo como país en el que nació, sino al que agradece
a nuestros libertadores el sacrificio de sus vidas por darnos patria y dignidad.
El llamado es a la conciencia del venezolano que es opositor al gobierno
establecido que hace vida en el país, y que quiere vivir en paz como todo ser
humano merece, al venezolano que nació en otras tierras extranjeras, pero que
llego aquí para quedarse, que ama este país y sabe de lo noble que es su pueblo,
y que conoce por experiencia en sus países de origen lo desastroso que significaría
una guerra.
El llamado de la patria es para todos a la unión
ante la amenaza de muerte, y a solucionar nuestras diferencias en armonía, en
paz, como lo hace todo país libre y democrático.