Desde la prehistoria el ser humano siempre ha sido
belicoso. Este tenía que luchar por su alimento, y a menudo tenía que defender
su hogar y la tierra que ocupaba de los extraños. Sin embargo en ese momento el
hombre prehistórico era un luchador solitario. Luego con el correr de los
tiempos el ser humano creo civilizaciones y comenzó a vivir en poblados. Estos
poblados a su vez se transformaron en ciudades, y sus gobernantes formaron
ejércitos en los cuales los soldados eran entrenados para luchar en grupos.
Al conformarse por primera vez estos grupos de
hombres armados para defender o invadir poblaciones, entran en desarrollo en
todas las civilizaciones lo que se conoce actualmente como la industria de la
guerra. Una de las estrategias de combate que transformaron - según Sun Tzu- el arte de la guerra, es el asedio.
Que es un asedio y como se
ejecuta.
Un asedio o sitio es cuando se rodea una fortaleza o
una ciudad que rechaza la rendición, y no puede ser tomada fácilmente mediante
un asalto frontal, el objetivo o blanco del asedio se aislaba completamente, y
era expuesto a un cerco militar prolongado. Esto solía conllevar el bloqueo de
las líneas de abastecimiento de alimentos y fuentes de agua con el fin de su
conquista mediante la fuerza o el desgaste. Que finalmente era acompañado del
asalto por parte de las tropas.
Los atacantes trataban de introducirse de diversas maneras.
En la antigüedad antes de la utilización de la pólvora para las armas, se empleaban
escalas o torres de asedio para escalar los muros o trataban de pasar a través
de ellos. Para eso empleaban catapultas y arietes, a veces también intentaban
pasar excavando túneles subterráneos para reducir las fortificaciones, estos se
construían por debajo del foso que solía rodear las fortalezas hasta que
llegaban a los cimientos del muro, y procedían a derribarlo desde sus bases.
La enfermedad era otra arma de asedio muy efectiva,
aunque los atacantes eran a menudo tan vulnerables como los defensores. En
algunos casos, las catapultas o armas similares lanzaban cadáveres de personas
o animales enfermos dentro de la ciudad, en un ejemplo de guerra biológica
rudimentaria.
LA GUERRA DEL PAN
El método más sencillo para conquistar una ciudad
era dejar morir de hambre a los pobladores y sus defensores.
El maestro Sun Tzu en el arte de la guerra dice en
el capítulo plan para el asedio; “la regla general para uso de los militares
consiste en mantener intacta una nación en vez de destruirla”
Y lo más cercano para mantener una nación intacta
sin destruir su infraestructura es acabar solo con sus habitantes defensores.
Si se ataca en forma destructiva – continúa el autor
– y se toma un país por la fuerza, no es este un logro significativo. La
mejor política es usar estrategia e influencia para conducir los hechos de
manera que el enemigo se rinda buenamente”.
Por lo tanto, los que ganan todas las batallas no son
los mejores. La excelencia esta en aquellos que someten al enemigo sin entrar
en combate. Como fue el caso de Libia en donde la OTAN solo ataco desde el aire
evitando el enfrentamiento entre las tropas.
Lo peor que puede hacer un general es atacar una ciudad
– dice Sun Tzu-. Su sitio debe hacerse solo como último recurso.
“La
recomendación que se hace es que el ejército sitiador debe congraciarse con el
pueblo y propiciar luchas internas entre los soldados sitiados. Entonces, la
ciudadela o la fortaleza caerá por si sola.”
Una de las muestras de cómo se hacía un asedio en la
antigüedad nos la muestra el poema del mio cid en el cual a pesar de ser
ficción estaba basado en un hecho real como lo fue la ocupación musulmana de
España y su posterior liberación.
A
continuación se transcribe un extracto del poema en donde se narra una de las
terribles consecuencias de un asedio:
“El Cid asedia Valencia.- Pregona a los cristianos la guerra.
Los moros que hay en Valencia escarmentados están.
no osaban salir afuera, ni quieren irle a buscar;
todas las huertas les talan haciéndoles grande mal;
durante aquellos tres años el Cid les dejó sin pan.
Se quejan los de Valencia que no saben lo que harán.
pues que de ninguna parte llegarles podía el pan;
ni da amparo el padre al hijo ni este al padre puede dar.
Mala cuita es, señores, el tener mengua de pan.
los hijos y las mujeres de hambre muriéndose están.
Viendo su duelo delante no lo pueden remediar.”
En la guerra moderna el asedio ha adquirido nuevas
dimensiones y se ha perfeccionado, en Venezuela se usa el mismo formato que se
usó en su momento en otros países ya invadidos con éxito, tras las invasiones
de los estadounidenses y sus aliados en Afganistán, Irak y Libia, occidente
demostró su capacidad de destrucción tanto con armas bélicas como en la
utilización de nuevos métodos no convencionales para la guerra, así como el
empleo de tácticas de desinformación dirigidas no solo hacia los cuerpos
combatientes, sino que están dirigidos específicamente a la población civil.
Como primer paso para el asedio de estas naciones se
inició una campaña propagandística de desinformación a través de los medios de
comunicación occidentales en contra de los presidentes de esos países, y de los
líderes de esos procesos nacionales, situación que ocurre igualmente contra
Venezuela.
Con la ayuda de estos medios se situó en la mente
del pueblo norteamericano y europeo de forma negativa el nombre del país de
turno que se quería agredir, se alquilaron “intelectuales” y periodistas para redactar y escribir
libros, guiones para TV, cine, para dar conferencias y foros en contra del
país, del presidente y sus principales colaboradores.
Venezuela aparece en los noticieros internacionales,
series de televisión norteamericanas y colombianas, y en los medios de prensa
tutelados por las transnacionales como país fallido en donde reina la
injusticia, y en donde se hace necesaria una intervención armada extranjera
para acabar con su sistema de gobierno.
Una vez socavada la moral del pueblo en esos países
nombrados al principio y haber creado una imagen distorsionada del país y sus líderes,
se procedió a la invasión por parte de las tropas. Con la diferencia que en
Libia la OTAN realizo bombardeos con las fuerzas aéreas y la armada, y donde se
utilizó a fuerzas mercenarias nacionales y extranjeras para los combates en
tierras, y que eran asesoradas por fuerzas especiales de los ejércitos occidentales.
El asedio que sufre el país desde los inicios del
gobierno del presidente Hugo Chávez que incluyeron golpes de estado, paros
patronales y hasta ahora con el gobierno de Nicolás Maduro, siempre ha estado
acompañado de un cerco comunicacional que solo permite que el mundo conozca
únicamente lo que el departamento de estado norteamericano quiere que se sepa,
omitiendo los logros sociales en favor de la generalidad de la población del
país.
En nuestro caso una de las matrices implantadas por
los medios de comunicación es la acusación inmoral y sin pruebas serias de ser
un país “comunista”, que apoya el terrorismo y el narcotráfico.
La acusación de comunismo ya la han ido descartando
motivado a que debido a la lucha que mantiene el estado por mantener al pueblo
informado de los logros sociales, ha dado a conocer al resto del mundo lo que
realmente sucede en el país en materia social, y ha producido un efecto
contraproducente para el capitalismo, ya que en muchas regiones del mundo
quieren ser “comunistas” al estilo venezolano, porque en ella ven una forma en
donde se logra la mayor suma de felicidad para el pueblo.
Para el sistema de vida capitalista especialmente la
élite de EE.UU; la Venezuela chavista infunde temor a los intereses mezquinos
de las empresas transnacionales que en
su mayoría están en manos de estadounidenses. El ariete que se utiliza para la
conquista es la guerra económica, misma que va golpeando poco a poco la
principal muralla que posee la nación y que no es otro que su pueblo.
Las líneas de abastecimiento tradicionales ya fueron
cortadas, la baja del precio del petróleo que es debida entre otras causas a la
extracción indiscriminada por medio del Fracking que
daña al ambiente, y a la compra a bajo precio o trueque por armas por parte de
EE.UU. y de Europa del petróleo a los terroristas del mal llamado estado
islámico que se han apoderado de refinerías y pozos petrolíferos en regiones de
Irak, Siria y Libia.
Sun Tzu plantea: “En tiempos antiguos los buenos
guerreros buscaron primero su invulnerabilidad y, luego, la vulnerabilidad de
sus enemigos.”
Lamentablemente no fuimos capaces de superar y
fortalecer nuestras vulnerabilidades, en cambio nuestro enemigo si las supo aprovechar,
y allí nos golpeó, y se aprovecha de nuestra incapacidad
de autoabastecernos de productos alimenticios e insumos médicos.
El país resiste al asedio a pesar de organismos
vendidos al mejor postor como lo es el caso de la OEA que solicita la
intervención sin fundamento reales, y de la implementación por parte de los
apátridas de prácticas medievales como lo es negar el pan nuestro de cada día a
la población, las transnacionales desean un país intacto en el cual no deban
invertir mucho dinero para su recuperación, por eso siguen apostando al
sometimiento y a la rendición “por las buenas”, para conseguir todas las
infraestructuras petrolíferas y mineras intactas para su mejor aprovechamiento.
Pero no descartan y se mantiene el peligro siempre latente del plan de invasión
armada extranjera por parte de tropas estadounidenses o de la OTAN acantonadas
en países limítrofes, con el posible apoyo de los gobiernos de Colombia, Puerto
Rico y las Antillas Neerlandesas.
Otro escenario posible es el de la promoción por
parte de gobiernos extranjeros de rebeliones civiles, mismas que ya tienen
voceros dentro y fuera del país y de “intelectuales” sin conciencia, y que
llaman a la subversión y a la guerra civil.
El camino hacia una sociedad más justa no se logra negándole
los alimentos y los insumos médicos a la población, y mucho menos mediante el
enfrentamiento armado, la experiencia adquirida con los bloqueos a Cuba e Irak
en su momento son muestra de que la guerra económica es un acto criminal tan
detestable como el asesinato.
El aumento cada vez más de la inversión social, la
mejora de la distribución de las riquezas entre toda la población, y sobre todo
la exigencia del trato igualitario entre las naciones y sus pueblos, son
algunas de las causas que convierten a Venezuela en una amenaza inusual y
extraordinaria para la seguridad de las empresas transnacionales y sus países
de origen, en especial los EE.UU. cuyo presidente de turno es el principal
vocero de estas empresas globales, se abroga el derecho de invadir países que
no marchen de acuerdo a lo estipulado por las necesidades de su economía, y es
aquí en estas empresas mundiales, que esta una de las principales fortalezas,
pero también una de las principales vulnerabilidades de Washington.